Ante todo gracias por visitar mi espacio, creado con una profunda pasión y un proceso de autorealización muy personal. OKKO no nació de la necesidad de cumplir expectativas externas o de encontrar simplemente una ocupación; nació de una emoción profunda, casi como dar vida a algo que ya estaba latiendo en mi interior. Este proyecto es el resultado de un viaje de conexión personal, algo que surge desde el corazón y se manifiesta con cariño y dedicación en cada uno de mis proyectos.
Soy una persona sensible, con una sensibilidad extrema hacia los espacios y la energía que se genera en ellos. Mi misión no es solo transformar espacios para embellecerlos, sino también curar, equilibrar y potenciar su energía desde la sensibilidad y la armonía. Estos son los pilares fundamentales de todos mis proyectos.
Creo firmemente que los entornos que nos rodean influyen directamente en nuestro bienestar. Por eso, me dedico a crear espacios que generen sensaciones positivas y mejoren nuestra calidad de vida, algo que el estrés y el ritmo de vida actual a menudo merman.
A lo largo de los años, he perfeccionado un enfoque que combina la ciencia objetiva del interiorismo con la intuición sensorial, emocional y energética. En cada proyecto, cuido los detalles sensoriales que percibimos con nuestros sentidos. Desde la luz, los colores y texturas hasta los sonidos y los aromas. Mi objetivo es conectar con los momentos que te han hecho sentir lo que necesitas transmitir en el espacio, buscando siempre un equilibrio energético que potencie y equilibre todos estos elementos.
Además, me rodeo de profesionales con los que comparto una conexión respetuosa y a los que admiro. Con su ayuda, transformamos los espacios de manera armoniosa, cuidando que el procesa sea tan agradable como el resultado final.